Bombonas y cartuchos CO2 para bicicleta

El ciclismo sería una experiencia perfecta si no fuera por los frecuentes pinchazos de las ruedas. Tener que detenernos para reparar las llantas pinchadas nos roba tiempo de seguir disfrutando de nuestra bicicleta. Por suerte contamos con los cartuchos de CO₂ para facilitarnos considerablemente esta tarea.

Imagina que regresas a casa después de un duro día pedaleando y, cuando menos te lo esperas, se te pincha una rueda. ¡Lo último que quieres después de haberlo dado todo con la bicicleta es ponerte a bombear aire con un inflador manual! Los cartuchos de gas son perfectos para salir airosos de esas situaciones, al igual que los actuales infladores eléctricos.

Bombonas CO2 para tu bici

¿Qué son los cartuchos de CO?

Un cartucho de CO₂ (también conocido como bombona) es una pequeña lata que contiene dióxido de carbono presurizado. Tan solo hay que conectarlos a la rueda pinchada para llenarla de aire.

El inflador de CO₂ consta de dos elementos principales: el cartucho propiamente dicho (contiene el aire) y el cabezal o boquilla (conecta la válvula de la rueda con el cartucho). Para liberar su contenido unos modelos requieren presionar el cabezal (no roscados) o atornillarlo (roscados).

5 Ventajas del inflador de CO frente a la bomba manual

1. Es de tamaño compacto (apenas mide 5 cm): puedes guardarlo en cualquier parte (incluso en un bolsillo o en la bolsa del sillín).

2. Peso muy liviano: puedes llevar varios contigo sin miedo a que te resten velocidad.

3. Agilidad y sencillez: inflar las ruedas de tu bici apenas te llevará unos segundos, por lo que ahorrarás mucho tiempo y esfuerzo.

4. Es la forma más segura de obtener la presión óptima, de modo que tus llantas no quedarán ni con exceso ni con falta de aire.

5. En cuestión de precio, cuestan prácticamente lo mismo que una bomba manual.

¿Qué debes tener en cuenta para elegir un inflador de gas?

Infladores con o sin control de flujo

Los modelos más avanzados de infladores de CO₂ permiten regular el flujo de aire a nuestro gusto con tan solo accionar un gatillo. Se trata de una característica muy valiosa para aprovechar al máximo el contenido del cartucho.

Cuando la boquilla deja escapar todo el aire de golpe, corremos el riesgo de perder una buena parte del mismo en el proceso si no estamos rápidos de reflejos. Ello es especialmente frecuente en los infladores de cabezal no roscado.

Escoger un cartucho de CO del tamaño adecuado

En el mercado podemos encontrar cartuchos de CO₂ de diversos tamaños, siendo los más habituales los de 12, 16, 20 y 25 gr. Los cartuchos de menor capacidad son perfectos para las ruedas finas (p. ej.: bicis de carretera y convencionales). Los de mayor tamaño, por su parte, están indicados para inflar llantas gruesas (p. ej.: de montaña o BMX).

Para saber qué tamaño exacto de cartucho necesitas, debes tener en cuenta cuál es la presión ideal de tus neumáticos y, a continuación, consultar una tabla de inflado (puedes encontrarlas en Internet).

¿Cómo se utiliza un cartucho de CO?

Si el hinchador no tiene controlador de flujo: abrimos la válvula de la rueda y le enroscamos la boquilla. A continuación, le atornillamos o presionamos (según el modelo) el cartucho. Presionamos ligeramente para perforar su contenido, a fin de que el gas pueda penetrar en la rueda.

Si el cartucho tiene regulador de flujo: tras comprobar primeramente que el gatillo está cerrado, le ponemos el cartucho. Seguidamente, le colocamos la boquilla y conectamos esta a la válvula de la rueda (a rosca o con presión, según el caso). Abrimos su grifo y dejamos que fluya el CO₂ en la cantidad deseada.

Ten en cuenta que este tipo de infladores se enfrían mucho cuando se emplean, a consecuencia de que el dióxido de carbono pase de estado líquido a gaseoso. Por ello, debemos tener cuidado al tocar el cartucho, ya que podríamos sufrir quemaduras (a no ser que esté enfundado).

Al igual que sucede con otros envases presurizados, una vez que hemos vaciado la bombona de contenido, no se puede rellenar y debemos desecharla. Lo suyo es, por tanto, emplear un cartucho por inflado. En consecuencia, te recomendamos llevar varias bombonas con el fin de prevenir múltiples pinchazos.

En conclusión, un cartucho de CO₂ es justo lo que necesitas para solventar el problema de los pinchazos de la forma más rápida y cómoda posible.

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